Final de la Copa en La Cartuja frente al Athletic (21:30 / ETB 1 & Telecinco)
Llegó el día. Cuánto tiempo hemos esperado. 395 días de espera, aunque muchos llevan toda una vida soñando con este encuentro. El que va a ser el partido de muchísimas generaciones. 90 minutos se nos van a quedar cortos para tanto tiempo mirando el calendario. Pase lo que pase en el césped de La Cartuja, marcará un antes y un después en la vida de todos. Por ser la final más larga de la historia, por jugarla frente al eterno rival, por la falta de público… y porque hoy, 3 de abril de 2021, la Real puede volver a ser campeona. Desde aquel partido en Vigo, donde perdimos la oportunidad de levantar nuestra tercera liga hace ya casi 18 años, no hemos estado tan cerca de un título. Para muchos, como para este que escribe la previa, va a ser la primera vez que vemos a nuestro equipo del alma tan cerca de ser campeón. Nosotros, que hemos visto a la Real jugar hace no tanto contra el Sevilla Atlético y el Poli Ejido. Que hemos vivido años insulsos, soporíferos. Que hemos temido por la propia vida de nuestro club. Estamos aquí. Y no sólo eso, sino que nuestra intención es seguir estando aquí, y que lo de hoy sea la primera de muchas.
Todos estamos nerviosos, y todos estamos ilusionados. Gipuzkoa entera está vestida de azul y blanco. Las tiendas, los bares, los supermercados, las tintorerías, los bazares… No hay esquina donde el txuriurdin no asome. Y es que esta tierra está orgullosa de su Real. Y pase lo que pase hoy, nosotros ya hemos ganado. Martín Lasarte, tras la celebración del ascenso a primera en 2010, pronunció la famosa frase del «no se desunan, todos juntos lograrán grandes cosas». No lo hicimos, y por eso estamos aquí. Y nunca lo haremos, porque así somos más fuertes. La Real somos todos, Y esta final la jugamos todos, desde el balcón con la bandera, desde casa gritando, y en el campo. Todos. Unidos. Siempre. Hasta la victoria.
Athletic, hambre y temor
Nuestros queridos vecinos están que lo bordan. 2 finales en 2 semanas, con todo Bilbao a los pies del Athletic. Los zurigorris llegan a la final como favoritos. No por el hecho meramente deportivo, que también, sino más bien con la confianza con la que llegan al choque. El león viene con hambre. Y no solo eso. La espina clavada de 4 finales perdidas en los últimos 10 años da alas a un equipo que ya va volando. Pero las apariencias engañan, y el león que parece comerse el mundo en realidad también tiene miedo. Mucho miedo. Ellos se juegan tanto, o más, que la Real. Una derrota hoy les deja tocados para su otra final del 17 de abril, y perder las dos puede doler muchísimo en Ibaigane. Esperemos que sacar la gabarra antes de tiempo sea el gafe que les deje, por lo menos, sin la copa de hoy, que es la que importa.
Marcelino cuenta con casi todos sus hombres disponibles para la final. Unai Núñez es la única duda, ya que llega tocado al partido. Unai Simón e Iñigo Martínez llegan más cansados tras jugar hace 3 días en La Cartuja con la selección, pero no les va a impedir salir de inicio junto con el once de gala. El objetivo de los rojiblancos, como llevamos viendo desde la llegada del nuevo entrenador, va a ser anular por completo el juego del equipo rival, por activa y por pasiva, y salir en tromba hacia la portería de Remiro. Si recuerdan algo del partido de liga jugado el día de nochevieja frente a la Real, bórrenlo de su memoria. Este es otro equipo. La calidad de jugadores como Muniain, Raúl García, Berenguer y Williams, y más que nada su efectividad, van a ser las que marquen el tempo en el Athletic. Nos vamos a encontrar con un león en toda regla. Y como dice mi aita, 90 minutos contra este Athletic van a ser “molto longos”.
Illarra, lesionado
Las alarmas saltaron ayer por la tarde cuando el de Mutriku notó un pinchazo en el entrenamiento pre-partido. Y la alarma se transformó tragedia, ya que no va a jugar esta noche. En su lugar, Ander Guevara se erige como recambio, puesto que Zubimendi sigue tocado. La otra opción es `pulmones Guridi´, que ya jugó un auténtico partidazo en San Mamés. Por lo demás, el mantel va a estar servido con todos los platos fuertes. Aunque, eso sí, aún está la incógnita de Aritz. Si el número 6 puede, e Imanol quiere, saldrá. Mañana a priori saltan; Remiro en portería, Gorosabel lateral derecho, Le Normand y Aritz en la zaga junto con Monreal en el lateral izquierdo; Guevara y Merino en la medular, con el mago SIlva delante de ellos; la hormiga atómica Portu en la banda derecha, Oyarzabal en la izquierda, y arriba, Isak. Guerreros, que vais a tierra santa, volved sanos, salvos y campeones.
El dolor de no poder vivir este partido en persona es tremendo. Lo que hubiera sido estar por las calles de Sevilla y cantar hasta quedarnos afónicos. Que un Anoeta con pantallas gigantes vibrase lleno hasta la bandera. Nos tendremos que conformar con sufrir, llorar y animar desde casa, esperando que nuestros gritos se escuchen en Sevilla. Pase lo que pase, debemos estar orgullosos de ser del equipo que amamos. Nosotros nos dejaremos el corazón, igual que ellos se dejarán todo y cuanto puedan por ganar. Este partido va por toda nuestra historia. Va por el equipo que logró el ascenso en Puertollano. Por Zamora, Arconada y las leyendas de las dos ligas de los 80. Por los Kovacevic, Nihat, Xabi Alonso, y todo el equipo del subcampeonato, que rozó el cielo con la yema de los dedos. Por los canteranos que nos levantaron del infierno de segunda en 2010. Por todos aquellos hinchas que han viajado con la Real hasta el fin del mundo. Por los que en Mendizorrotza en 2008 vivieron una de las peores pesadillas que se recuerdan. Por los que se quedaron con la miel en los labios en Vigo en 2003. Por los que, aun sabiendo que era imposible, viajaron a Mestalla para apoyar al equipo en el descenso. Por los que fueron a Riazor a ver a la Real volver a Champions. Por los que se quedaron en casa. Por todos ellos. Por todos nosotros. Esta copa es nuestra. Porque al final siempre ganan los buenos. Y si no han ganado, es porque no es el final. GOAZEN REAL! Beti.