Tras un inicio liguero calamitoso y poco esperanzador, parece que poco a poco el Alavés empieza a dar señas del equipo que Pablo Machín quiere que sea: un conjunto solidario en defensa y letal al contraataque. El último equipo que padeció al club patatero fue el mismísimo Real Madrid en el Alfredo Di Stéfano, perdiendo por 1-2, aunque hubieran sido un par más de no ser por lo buen portero que es Thibaut Courtois. El Alavés resultó ser un rodillo imparable al salir disparado hacia la meta rival, y la defensa merengue sudó la gota gorda para que el partido no finalizase en ridículo histórico de los de Zidane. Ahora, el Alavés tendrá delante de si a una Real Sociedad que no pierde en La Liga desde el 29 de septiembre, que se dice pronto. Machín deberá sacar a relucir su mejor planteamiento táctico para no sufrir ante el máximo goleador de la competición.
Mejor superviviente que Chuck Noland
Últimamente estoy metiendo jugosas referencias cinéfilas en mis artículos y sinceramente, me encanta. En fin, que me voy por los cerros de Úbeda. Al grano: el Alavés es uno de esos equipos que mejor sabe lo que es sentir año tras año el frío y gélido aliento de la Segunda División en la nuca, aunque siempre logra regatearlo como si de Messi se tratase. Esto se debe a su perseverancia y su sangre fría. Es un equipo que rara vez se pone nervioso sea cual sea la posición que ocupa en la tabla. Eso hace que salte al césped cada partido como si de una final se tratase. Este espíritu aguerrido sumado al ingenio táctico de Pablo Machín está empezando a dar sus frutos. Prueba de ello es que el conjunto patatero no pierde desde el 18 de octubre.
Sí, Mendizorroza sin su público se vuelve vulgar y más fácil de asediar para los rivales, de hecho, solo una vez han logrado ganar en casa esta temporada. Aún así, no es un estadio fácil, y siempre he atribuido este logro a sus dimensiones, ya que se asemejan a las de estadios del fútbol inglés.
Las estrellas: Lucas y Joselu, dos pistoleros letales
Resulta casi imposible decantarse por uno de los dos, por lo que lo mejor es meterlos en el mismo saco. Lucas y Joselu, Joselu y Lucas, son dos jugadores que mejoran el uno al otro. Como Nihat y Kovacevic, ambos eran buenos por separado, pero es que juntos eran otro rollo. Pues con estos dos, salvando las distancias claro está, sucede algo similar. Entre los dos llevan cinco goles, lo que supone casi la mitad de todos los goles metidos por el Alavés en este primer tramo de liga (once en total). Esta jornada tratarán de ampliar su renta goleadora y seguir consolidándose en la mitad de la tabla para no pasar apuros innecesarios.
El técnico: Pablo Machín, estratega magnífico de poca suerte
“Forman un equipo que es uno de los que más ritmo imprime”. Son las palabras del técnico soriano sobre la Real de Imanol. Personalmente, he de admitir que me encanta Machín, creo que lo hizo excelentemente bien en el Girona y que la suerte no le acompañó en Sevilla. Ahora ha sabido impregnar a este Alavés de un aroma fresco y renovador, y parece que cada partido que pasa, vemos una mejor imagen del equipo. Esto se debe en gran parte a la perseverancia y en creer de verdad en los ideales de Machín. En la directiva patatera están viendo los frutos de esa paciencia.
4-4-2 de manual, pero con mucha escuela
Uno de esos planteamientos que a primera vista puede parecer el típico 4-4-2 sin demasiadas variaciones, pero que analizándolo lenta y pacientemente, se vislumbran atisbos de ingenio. De la mano de Pablo Machín, este XI del Alavés es uno de los más difíciles de atacar debido a su fortaleza y rigidez. Es muy difícil atacarle por bandas, a la par que también cuesta filtrar balones entre líneas. Esto se debe a la solidaridad del conjunto, donde todos atacan y todos defienden. Esto sumado a unos contraataques de vértigo (el Madrid sabe de lo que hable), lo vuelve un equipo altamente competitivo y peleón.

Última alineación liguera del Alavés / Foto: Lineup11