Hace tiempo ya que no corren buenos tiempos en Vigo. El conjunto celtista no levanta cabeza desde aquella temporada 2016-17, en la que casi alcanza la gloria y llega a la final de la Europa League. Desde entonces, se ha dedicado a jugar con fuego y coquetear constantemente con una pareja a la que a ningún equipo le hace bien: el Descenso. Con cambios de entrenadores constantes desde la marcha de Berizzo, el conjunto vigués no ha logrado esa regularidad que tanta falta hace para retomar el vuelo y poco a poco escalar posiciones que lo coloquen más cerca de puestos europeos que de jugar al año siguiente en estadios como La Romareda.
Aguas revueltas bajan por Vigo
La inestabilidad está siendo la tónica dominante de este club. La última polémica llegó el pasado viernes cuando el técnico celtista, Óscar García, ha decidido quitarles la capitanía a Hugo Mallo y a Rubén García. La situación anímica dentro del vestuario no es la mejor, y eso siempre afecta al juego sobre el terreno de juego.
Eso sumado a una dinámica negativa de resultados (dos empates y tres derrotas en los últimos cinco encuentros), vuelve al Celta en un arma de doble filo, muy peligroso: a la Real le toca un equipo peligroso, el cual puede hacer mucho daño si Iago Aspas tiene su día.
El técnico: Óscar García, a rey muerto, rey puesto
El 4 de noviembre de 2019, el Celta destituía a Fran Escriba tras un inicio de temporada desastroso. Con el equipo en puestos de descenso, habiendo cosechado tan solo dos victorias y tres empates en 12 encuentros ligueros, llegó Óscar García al banquillo vigués. Tras una temporada difícil, en la que la imagen del equipo mejoró ligeramente y se salvó de descender. Ahora, afronta una liga difícil y lleva tiempo siendo cuestionado por gran parte de la afición. Esta tarde se le presenta un match-ball para salvar su pellejo y seguir a los mandos del navío celtista.
La estrella: Iago Aspas, el incombustible
Un delantero muy por encima del nivel que ofrece el equipo. Aspas es el alma de este club y sin él, hubiésemos visto ya un Depor-Celta en Segunda División. Un jugador que desde su regreso a casa, ha marcado 105 goles en 199 partidos oficiales, lo que supone una tasa de 0’53 goles por partido. De los cuatro goles que lleva el conjunto vigués esta temporada, tres llevan el sello del de Moaña.
Última alineación
En este arranque de temporada, se están observando dos formaciones usadas por Óscar García: el 5-3-2 (de corte más defensivo) y el 4-4-2. Con ambas formas de jugar, al Celta le cuesta horrores defender bien su meta, una de sus asignaturas pendientes desde hace ya unas cuantas temporadas. Normalmente, el conjunto celtista juega fuera de Balaídos con la 5-3-2 buscando darle la pelota al rival y salir a la contra en cualquier recuperación, mientras que en casa busca algo más de control en casa con la 4-4-2.
Esta es la alineación que jugó la última jornada de liga ante el Levante:

Última alineación del Celta / Foto: Lineup11