La segunda división fue mala, muy dura. Cuando el equipo cayó en el infierno de segunda estuvo a punto de volver una temporada después. En ese equipo que casi asciende nos encontramos a varios titulares como Mikel González, Ion Ansotegi o Xabi Prieto. También encontramos a jugadores poco habituales como Claudio Bravo, Carlos Martínez, Markel Bergara o Imanol Agirretxe.
Quizá, de haber ascendido aquel año, el equipo hubiese seguido una ruta muy distinta a la que finalmente tomó, y jugadores como los últimos mencionados no hubiesen disfrutado de más oportunidades con el primer equipo. Esto no va de justificar el mantenernos en segunda. Esto va de agradecer a una generación que empezaba a germinar entonces, y acaba de poner su broche final.
En la temporada 2008/09 el objetivo estuvo más lejos, pero Markel Bergara y Claudio Bravo se asentaron entre los titulares. Dos jovencísimos como Txarly y Agirretxe fueron clave desde el banquillo, y empezaron a tener presencia en el primer equipo jugadores como David Zurutuza o Asier Illarramendi (más en los entrenamientos que en el césped).
Fue en la temporada siguiente, ya con Martín Lasarte, cuando llegó De La Bella, apareció Antoine Griezmann, y los frutos que se habían puesto durante los duros años de segunda dieron resultados. El equipo ascendió, y la generación dorada de Zubieta, más Alberto De La Bella, comenzó a andar.
El resto es historia. Llegó un loco mexicano a ayudar, pero la generación dorada consiguió que lo que años antes era el infierno se convirtiese en el cielo entrando en Champions League de la mano de un tal Philippe Montanier. Un equipo histórico que compitió de tú a tú contra los más grandes de la Liga. Paseamos el escudo por la máxima competición europea (con resultados mejorables). Y volvimos a clasificar a Europa la temporada siguiente, esta vez, a la Europa League.
Llegamos a semifinales de Copa del Rey, y nos fuimos con un robo del FC Barcelona, aunque ya nos habíamos convertido en su kriptonita en Anoeta. Un equipo millonario que sucumbía cada vez que venía a aquel estadio con pistas a enfrentarse a esta generación. Los siguientes años contaron tan bien con sus más y sus menos, pero después de algunas temporadas turbulentas terminamos volviendo a entrar en Europa, esta vez de la mano de Eusebio Sacristán.
Sin embargo, la generación de la que hoy nos despedimos ya empezaba a dejar paso a la generación actual, de la que espero podamos hablar en un futuro como ahora hablamos de su predecesora.
Los primeros en abandonar el barco fueron los más jóvenes. Asier Illarramendi y Antoine Griezmann abandonaron el club buscando aspiraciones mayores. Al francés no le ha ido nada mal, pero Asier Illarramendi volvió a casa para verse convertido en capitán. Pero de sus mayores, fue el más veterano, Ion Ansotegi, el primero que hizo brotar las lágrimas de nuestros ojos. 14 temporadas en el club, y el bueno de Ion pasaba de ser una institución en segunda, a central en la Champions, para convertirse en leyenda.
Los siguientes serían Markel Bergara y Mikel González. Toda una vida en su club, dos leyendas que partían y dejaban un vacío que fue difícil de llenar. Ambos abandonaron el club en busca de minutos en otro sitio, y ambos lo consiguieron y cumplieron allá donde fueron, Markel en Getafe y Mikel en Zaragoza.
El año más duro fue, sin duda, la temporada 2017/18. La lesión de Imanol ya nos hacía esperar lo peor. Carlos Vela abandonaba el club para poner rumbo a la MLS y, en uno de los momentos más emotivos de Anoeta, Carlos Martínez y, por supuesto, Xabi Prieto, abandonaron el club en un baño de masas donde el club hizo algo que jamás se había visto en el fútbol. El último partido de la leyenda, el club cambió el escudo por la cara de Xabi Prieto, aquel niño que no quería ser profesional, que quería jugar en la Real Sociedad.
Alberto De La Bella y, por desgracia, un todavía joven Imanol Agirretxe, tuvieron que hacer las maletas a lo largo de la temporada 2018/19, dejando el último lugar de esta generación dorada a un David Zurutuza que, con la clasificación europea, y dejando en buenas manos el club de la vida de toda su generación, se marcha a buscar nuevos retos, quien sabe si dentro, o fuera del césped.
Para muchos, muchísimos diría, esta ha sido la primera gran generación que hemos podido disfrutar. Con el añadido de que casi todos salían de Zubieta y, por tanto, eran de los nuestros. La salida de David Zurutuza posiblemente no suponga nada en el césped, pero tiene una importancia inmensa. Se acaba la generación que nos rescató del barro y nos llevo hasta la cima de la montaña. En las espaldas de todos ellos estaba la existencia del club, y vaya si lo salvaron, de segunda a la Champions.