Y como si del día de la marmota se tratase, la Real volvió a ser atracada ante uno de los dos “grandes” de la liga. No por esperado es menos sorprendente, dado que ahora ya ni se cortan a la hora de echar mano al bolsillo ajeno para ver qué pescan: un penalti, un gol legal en contra anulado o el hombro más largo del mundo, todo vale cuando del VAR se trata.
Lejos de estas acciones tan sumamente polémicas del encuentro de ayer, echo en falta la que para mí es la acción más polémica del partido. La que pudo haber cambiado el devenir del partido y equilibrar la balanza del lado txuri urdin. Efectivamente, hablo de la tempranera amarilla de Casemiro por el codazo (¿intencionado?) en la cara del conde Merino. Esa amarilla que debió mutar en un rojo Ferrari elegante, pudo haber condicionado el juego del Real Madrid en su totalidad desde el minuto 21 de partido. Eso sí, la faltita de Zubeldia previa a la de Casemiro sí que era. Eso se llama astucia y premeditación por parte del colegiado, no tiene otro nombre.
Así pues, me gustaría lanzar un mensaje de optimismo y esperanza de cara a la recta final de lo que resta de temporada: por un lado, destacar la frase del gran Martín Lasarte: “no se desunan, juntos pueden lograr grandes cosas”. Estoy seguro de que levantaremos el vuelo. Somos la Real Sociedad, uno de los clubes más grandes de la liga. En la otra cara de la moneda, quiero hacer mención a la notable mejoría de la escuadra donostiarra. Se vio un lavado de cara en el juego y se les jugó de tú a tú a los once jugadores del Real Madrid más al árbitro y el VAR.
Posdata: Adnan Januzaj es un mago del balón. El albanokosovar es el mejor jugador de la plantilla post-confinamiento.